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“Desaprovechamos el agua de lluvia y derrochamos energía por falta de conciencia”

La asociación Fuerteventura Sostenible plantea medidas para recuperar la cultura del agua en la Isla

Los aljibes y pozos están desaprovechados “por las trabas legales”. Foto: Carlos de Saá.
Lourdes Bermejo 7 COMENTARIOS 13/02/2019 - 05:55

La asociación Fuerteventura Sostenible prevé conformar en este 2019 una mesa de trabajo en la que esté representada la sociedad civil, con extensión a las administraciones públicas y otros colectivos, “a fin de proponer y acometer medidas encaminadas a la eficacia de las políticas de desalación y ahorro y a la concienciación de la cultura del agua en la Isla”, explica la secretaria del colectivo, Yurena Marichal.

Tras las recientes jornadas del agua, organizadas por la asociación en noviembre en Antigua y a las que acudieron distintos expertos en la materia, se diagnosticó un panorama poco halagüeño en la Isla. “Ya no se aprovecha todo el agua de lluvia por el abandono de presas, aljibes y pozos y se derrocha energía por falta de conciencia de la población sobre el coste del proceso de desalación, cuando la depuración se podría realizar de forma más eficaz, a tenor de los vertidos que siguen llegando al mar”, asegura Yurena, ingeniera técnica eléctrica de profesión.

Las enormes posibilidades de la Isla en energías renovables se ven desaprovechadas, según concluyó Fuerteventura Sostenible. “En Huelva están desarrollando cultivos con riego de agua de mar, que aquí ni siquiera se conocen. Otra oportunidad sería el uso de algas de mar, dado que Canarias tiene el mayor banco de Europa y, sin embargo, en Fuerteventura seguimos cultivando algas de agua dulce. Por poner otro ejemplo, en la Isla no hay un solo proyecto de embotellado de agua salada, muy en boga como bebida isotónica, cuando existen medio centenar de empresas embotelladoras en España”, explica Yurena Marichal.

La asociación se pregunta qué opciones habría si el actual monocultivo turístico llegara a su fin. “Hemos de tener en cuenta que la ingente cantidad de inversión que ahora se destina a la desalación y depuración de agua se justifica por la demanda que genera el turismo. Ello propicia enormes subvenciones públicas a la producción de agua, cuya cuantía seguimos sin conocer, ya que las administraciones evitan dar datos concretos”, indica Yurena.

Se calcula, no obstante, que el precio real del metro cúbico de agua llega a los cuatro euros, mientras que el consumidor final particular abona 2,60 euros y el agua agrícola se paga a 0,60 euros. Por todo ello, la asociación propone medidas para asegurar el máximo aprovechamiento de agua con la mínima inversión, enfocadas en el ahorro en niveles particular, colectivo y municipal.

Durante las jornadas, el experto en maquinaria naval Alexis Cabrera defendió la sustitución de las energías fósiles por renovables en los procesos de potabilización, ya que el aporte energético agrupa la mayor parte de los costes fijos del proceso, en concreto eólica y fotovoltaica. Actualmente La Oliva cuenta con dos molinos eólicos para desalación y Puerto del Rosario está en vías de hacer su propia instalación.

Otro de los ponentes, el ingeniero técnico industrial Agustín Peraza, centró su intervención en el ámbito de la reutilización. El modelo que propone está a medio camino entre los sistemas intensivo (con uso de químicos) y extensivo (imitando a los procesos naturales). Este último implica el uso de vastas superficies donde ubicar las balsas. Peraza es partidario de un sistema híbrido a través de biodigestores, con un circuito de agua con bacterias y plantas depurativas.

La ponencia sobre el binomio agua-energía, impartida por la propia Yurena Marichal, se centró en la centenaria cultura del agua en la Isla, que “han perdido las nuevas generaciones”. “En pocas casas se conservan las tradicionales destiladeras, que eran un evidente ahorro de agua frente a la compra de garrafas en el supermercado”, dice. Los aljibes y pozos también están desaprovechados o abandonados “por las trabas legales”.

La ingeniera explica que, por un lado, la ley considera agua estancada a la que almacenan estos depósitos y, por tanto, se descarta como agua de consumo, “cuando estas infraestructuras han supuesto base de vida para la Isla durante mucho tiempo, a lo que se une que buena parte de las presas o embalses son zonas protegidas, por lo que la falta de Plan Hidrológico y la nueva ley del suelo complican su aprovechamiento”, explica Yurena.

Las trabas legales se incrementan “si tenemos en cuenta que los recursos hídricos son bienes de dominio público”. A este respecto, la asociación está pendiente de conocer el inventario de recursos que existen en la Isla “y que debería incluirse en la tercera fase del Plan Hidrológico insular”.


Yurena Marichal. Foto: Marcial Álvarez.

“Buena parte de las presas o embalses son zonas protegidas, por lo que la falta de Plan Hidrológico y la nueva Ley del Suelo complican su aprovechamiento”, explica Yurena Marichal

El artesano Pau Valverde también participó en las jornadas, argumentando sobre el uso responsable del agua. A través de preguntas como ‘¿hasta dónde estarías dispuesto a reducir el consumo de agua como medida para mejorar y preservar tu entorno?’ se generó un intenso debate sobre el derroche actual del agua en el territorio insular, poniendo sobre la mesa problemas y posibles soluciones.

Otro tema que se trató durante las jornadas fue la compleja tramitación que requiere la rehabilitación de sistemas aprovechamiento de agua, a lo que se unen problemas de carácter técnico. “Se pone como ejemplo los molinos históricos tipo California, con un coste de reparación inasumible para una sola persona”, indica Yurena. Aunque ha habido intentos de financiación común, no se ha llegado a un acuerdo.

Tampoco existe un inventario de pozos y los propietarios rechazan la opción propuesta recientemente de instalar un contador. “No se asume que haya que pagar por extraer agua de lluvia en el propio terreno, después de costear la instalación y la bomba, pero lo cierto es que ha bajado el nivel freático y ello conlleva la salación del agua”, explica.

La asociación, que se financia con las cuotas de sus socios y rechaza las subvenciones públicas, actuando únicamente con voluntariado, prevé acometer en 2019 varias charlas de concienciación sobre el ahorro de agua en los centros educativos, “como las que ya están en marcha sobre energía”. Asimismo, trabaja en la conformación de la mesa de trabajo, a la que se invitará a otros colectivos del ámbito agrícola, ambiental y la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético.

Comentarios

Que lista me salió. Ni sabe que en Fuerteventura para aprovechar el agua de lluvia lo primero que hay que hacer es reparar las cadenas en las montañas y las gavias las alcogida y caños. El agua corre desde arriba hacia abajo ? y por eso hay que reparar primero lo que está en la montaña para que no arrastre la tierra y destroce el paisaje. Después hablamos de los algibes y demás....ah! La destiladera hoy en día es un foco de infección, pero queda guay es muy de lo nuestro.
Hierba Clin: Llevo 60 años bebiendo de una destiladera y san saber nada de infecciones; ¡ que ignorancia la mia!
Majorero, eso es porque no te has hecho un análisis, ya te saldrá la infección por cualquier lado.
Pues sí es ignorancia. El agua que se pone en la destiladera es agua lluvia y créame por muy limpia que este el aljibe los virus no son los de antes ni las acogidas estan tan limpias como antes y la destilación no desinfecta por si sola. A lo mejor se inventan algo
Totalmente de acuerdo con la señora ingeniera técnica eléctrica, en lo que argumenta del agua en Fuerteventura, su derroche, pérdidas, costes... Lo afirmo desde mi experiencia de primera mano, como hombre del campo y con muchos años. Lo mejor y lo máximo que se ha hecho en toda la historia de la isla para recoger y guardar ese tesoro líquido cuando cae del cielo, fue en tiempos de Lalo Mesa al frente del Cabildo, cuando se hicieron tantas charcas secas por nuestra tierra. Ese es mejor sistema, el más barato y viable, para recoger las aguas de lluvia y almacenarlas, tanto en los vasos de esas presas como, y sobre todo, en las que se trasminan para ir a acrecentar los recurso subterráneos, freáticos, al reguardo de la intensa evaporación de nuestro clima, tan soleado y seco. Aparte de ello, mejoran la calidad de las mismas, "endulzando", disminuyendo la excesiva salinidad que, desgraciadamente, tanto daño hace a esos recurso subterráneos en la Maxorata.
"... pero lo cierto es que ha bajado el nivel freático y ello conlleva la salación del agua”. Perdone, pero esto no es cierto siempre, sino que puede ocurrir, y ocurre, todo lo contrario, muchas veces y en muchos lugares, según he podido ver, comprobar personalmente. Intentaré explicarme. En mi zona, después de que se construyeron charcas secas, tanto por iniciativa del Cabildo como de particulares, hace muchos años, cada vez que llueve y esos embalses recogen agua, la misma termina filtrándose y yendo a enriquecer los mantos freáticos, tanto en cantidad como en calidad (Merma de la salinidad). Antes de llevarse a cabo los nombrados embalses, el nivel freático en los pozos, estaba generalmente a entre 25, 35, 40... metros de profundidad, y la mayor parte de las veces, muy salobre y en escasa cantidad... Posteriormente a esas obras, en años de buenas lluvias, el agua sube hasta un nivel de sólo 4, 5, 6 metros de la boca; al mismo tiempo, el líquido pierde salinidad y su volumen de producción es enorme, enorme...
“Se pone como ejemplo los molinos históricos tipo California, con un coste de reparación inasumible para una sola persona”, indica Yurena. Cuando yo era niño, por muchos lugares de la isla, especialmente por el centro y sur existían auténticos "bosques" de molinos de todo tipo; tanto de fabricación artesanal ( de palo, de tela, de codo...), hechos en la misma isla, así como de importación, "de hierro": marcas "Chicago" ("americanos"), Climax, Mogul, Hércules, Dempster... ¡Cuánto los recuerdo! Una vez, hace "siglos", le propuse a un consejero del Cabildo - creo que aún sigue ese señor en ese "ramo" cabildicio-, que por qué no hacía una especie de asociación, encabezada por el Cabildo, con el fin de importar molinos marca Chicago desde Argentina, país al que se desplazó esa fábrica-marca. Le dije que éramos muchos los majoreros que buscábamos esas máquinas, pero que era -es- imposible encontrarlas en la isla, aunque estábamos dispuestos a comprarlas, no a que se nos las regalaran... El dicho político pareció interesado... Claro que los molinos precisan de mecánicos que arreglen sus frecuentes averías, y que ya son muy difíciles de encontrar, pero si hubiera realmente interés por parte de los gobernantes, por los molinos y por quienes trabajaran en los mismos, eso tendría solución... crearía puesto de trabajo, seguros y bien remunerados... Además, el paisaje de la isla ganaría muchísimo en belleza, tanto por la máquinas en sí, como el verdor que generaría en sus entornos... Al menos así era antes, según recuerdo...cuando tanta alfalfa, tomateros, granaderos, palmeras y otras plantas se regaban con el agua sacada por molinos... Y EL VIENTO...

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