0 COMENTARIOS 17/10/2022 - 09:33

Emilio Silva, presidente de la Asociación para la Recuperación para la Memoria Histórica, visitó Lanzarote. Dio una conferencia en el marco de la Bienal de arte y acudió a la exposición ‘Monumento a la oscuridad’, de Miguel G. Morales y Eugenio Merino, que reconstruye el asesinato del poeta Domingo López Torres, arrojado al mar en Tenerife. Silva afirma que se han encargado de que este pasado siga oculto.

“Aquí se quemaron millones de documentos, se sacó la historia de esos libros de texto durante cuarenta años, y cuando se muere Franco se intenta fabricar ignorancia acerca del pasado. Si la gente supiera lo que ocurrió habría mas voluntad política en las instituciones, pero todavía sobreviven en el imaginario colectivo ideas que han sido inculcadas por la dictadura y no han sido derribadas por la educación democrática”, dijo Silva en una entrevista en Diario de Lanzarote.

La actualidad siempre ofrece coincidencias, y esta semana hemos sabido que los restos mortales de Blas Cabrera Felipe habían salido de México, donde murió en 1945, para ser enterrados en La Laguna. Blas Cabrera nació en Lanzarote, aunque no tuvo mucha mayor vinculación con la Isla, pero su figura es de tal entidad que debería ser reivindicado por el resto de España, no solo por las islas.

Lo tenía todo para ser olvidado en España: científico y represaliado. Su segundo entierro podría servir para subsanar ese olvido, ese desconocimiento general de su figura y de su trabajo. Los que se consideran a sí mismos como grandes patriotas siempre tienen en su altar a reyes, militares o conquistadores, pero casi nunca a científicos, y aún menos a poetas, dos de las profesiones que mejor visten el futuro de esperanza.

El exilio forzoso, como el de Blas Cabrera, es otro de los episodios que contribuyó al atraso que arrastra este país. Primero su exilio y después su olvido. Su valor lo reconocen otros con gran facilidad. Dice la cónsul honoraria de México en Canarias, María Ángeles Baca Herrejón, que el exilio de tantos españoles acogidos en México fue “una pena para España, pero una gran riqueza para nosotros”.

“Es necesario seguir recuperando una memoria que fue borrada y de la que cualquier país debe sentirse orgulloso”, reivindica el profesor de física de la Universidad de La Laguna, Jorge Méndez Ramos.

Pues habrá que hacer algo. Y, si es posible, algo más que una estatua.

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