Ana Carrasco

Virus, mujeres y liderazgo

En estos días de confinamiento, en el trayecto hacia mi "habitación propia laboral", no puede dejar de asombrarme la quietud del entorno, el vacío de una ciudad que amanece distinta, el silencio de una avenida marítima que mira a una Fuerteventura nítida a través de una atmósfera transparente. El virus ha contaminado nuestros cuerpos, y descontaminado la atmósfera, lo que hace que Fuerteventura parezca más cerca. Perdón, es al revés: era la contaminación lo que nos hacía ver a Fuerteventura más lejana.

Cuando llego al edificio del Cabildo de Lanzarote, no puedo dejar de leer la cita de Concepción Arenal que sigue colgada de las ventanas de la segunda planta desde el pasado 8 de marzo. La cita dice: "Las fuerzas que se asocian para el bien no se suman, se multiplican".

Y pienso en la casualidades: que haya sido escogida una cita de Concepción Arenal, no por la cita en sí, sino por lo que representa Arenal y su relación con el confinamiento, porque a lo largo de su vida denunció la situación en las cárceles. Con 44 años fue nombrada Visitadora de cárceles femeninas, y más tarde inspectora de las Casas de Corrección de Mujeres, función que ejerció hasta 1873.

Algunas de sus frases parecen escritas para reflexionar sobre este confinamiento. Me quedo con tres de ellas; la primera, "Todas las cosas son imposibles, mientras lo parecen", la segunda, "Un hombre aislado se siente débil, y lo es" y la última, "Cuando no comprendemos una cosa, es preciso declararla absurda o superior a nuestra inteligencia, y generalmente, se adopta la primera determinación", y esta última frase va por todos aquellos varones "gayos", con la Y del cromosoma masculino, que han despreciado, ignorado el alcance de este virus. Ejemplos hay unos cuantos, me quedo con tres, como las citas seleccionadas: Bolsonaro, Boris Johnson y Trump.

Pero construyendo este artículo, lo que no recordaba es que Concepción Arenal fue también dramaturga, al igual que una mis referentes más preciadas, María Lejárraga.

Lejárraga escribió casi, si no todas, las obras firmadas por su marido, Gregorio Martínez Sierra. La mujer que describe María en sus obras teatrales es inteligente, virtuosa, independiente y decidida. María reta a las Mujeres del Futuro a que "analicen la función de la educación y del saber, no desde la perspectiva individual, sino desde una en la cual se tomen en cuenta los efectos sociales". Y ese reto que nos lanzó Lejárraga a principios del siglo XX, cuando aún no teníamos derecho al voto, me hace pensar que la mujer, a diferencia del varón, tiene la cualidad o virtud de entender mejor la complejidad, de comprender y gestionar mejor la realidad, las crisis y sus efectos. Es decir, posee una visión más holística, más relacional, más social. María apelaba al sentimiento de solidaridad social como el más necesario para la mujer. Mujeres independientes y solidarias, encarnadas en las actrices de la época, se subían al escenario en una España que confinaba a la mujer en su casa.

Solidaridad social que parece ser más inherente a la condición de mujer, quizás por eso sea raro encontrar mujeres en el movimiento individualista transhumanista creyente que la tecnología nos salvará de cualquier problema.

María llegó a ser diputada por la Provincia de Granada en la Segunda República, recorrió España pidiendo el voto femenino, jaleando a hombres y mujeres. Lástima que su obra escrita en 1952 "Una Mujer por Caminos de España" no llegara a las librerías españolas, el franquismo lo impidió. Confinó a Lejárraga en su país de exilio, Argentina.

Las Mujeres del Futuro, que somos nosotras, le debemos Lejárraga y a Arenal, nuestra libertad e independencia actual.

Por redes sociales se ha hecho viral la intervención de un analista, Ignacio Varela, que dice que los países con menos muertos por el covid 19 son aquellos que están gobernados por mujeres, ¿casualidad? Esas dirigentes quizás sean las referentes para las niñas confinadas, las Mujeres del Futuro.

Según escribo me doy cuenta, en realidad, que en esta pequeña reflexión hay un mensaje añadido, la presencia en nuestra sociedad de otros virus no biológicos más letales que éste que nos ocupa: las dictaduras, los machismos y las injusticias.

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